De escapada en Ponferrada buscábamos un sitio por el centro para desayunar a una hora algo tardía y llegamos por casualidad a esta gran casa de comidas.
Nos atendió un chico muy agradable y nos explicó en qué consistían los desayunos, aunque los tenían detallados en una pizarra a modo de carta junto con el resto de menús para el día, nos indicó que todos sus productos eran caseros y elaborados con productos ecológicos.
Escogimos el desayuno español, por algo más de 3 euros, que consistió en: zumo de naranja y zanahoria con un toque de jenjibre (sugerencia del chico, pues yo nunca lo había probado), una tosta de tamaño considerrable con mantequilla y «cola-cao» es decir un cacao elaborado por ellos. Todo delicioso, se nota a la legua cuando los productos son caseros, y presentado maravillosamente.
Además el local es muy agradable, con mesas y taburetes altos, y también tiene terraza. Cuentan además con wifi en el local.
Una de las personas con las que iba tomó la tosta con mermelada y al ir a pagar preguntó si la tenían para vender, ya que le había encantado. El chico dijo que no, pero que le daba un poco para llevar. Cual no sería nuestra sorpresa cuando viene con un tarro enorme, el cual no nos quiso cobrar.
Después del desayuno nos íbamos ya de Ponferrada y no pudimos comer a otras horas, pero además de desayunos, tienen todo tipo de comida internacional (con una pinta tremenda) también para llevar, y está abierto durante todo el día.
Chapeau por el lugar y por el servicio. Si volvemos a Ponferrada, ni dudarlo que recalaremos por allí.
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Rizos viajeros 